lunes, 17 de enero de 2011

Eurrota y las autononuestras

No me gusta mucho escribir de política, ni siquiera opinar porque las pocas veces que lo he hecho me ha traído malas consecuencias, pero hoy, escuchando el telediario no me he podido contener.
Respecto al sueño europeo, del que fui y aún soy ferviente defensora, reconozco que me equivoqué. Aquí me falló mi instinto, por cierto casi siempre malo. Me uní a este sueño a punto de quebrarse, tal vez por mi vocación de universalidad y también por cuestiones prácticas (es tan cómodo ir a Portugal o Francia y no andar siempre con los cambios, en los que siempre me hago un lío). En mis años de lo que antes se llamaba Tercer Ciclo y aún antes “Doctorado” (me pierdo entre tanto cambio de nomenclatura) ya se empezaba a plantear la inclusión de países como Turquía en la CEE y los fondos FEDER estaban muy de moda. Cada uno de los temas daría para una tesis pero tiendo a enrollarme y no quiero. No puedo ahora.
Lo del Estado de las Autonomías sin embargo siempre me hizo desconfiar. Aquí mi olfato demostró ser mucho más fino que mi oído, que como se sabe en mi entorno, estoy bastante sorda desde bien pequeñita. Está claro que esta especie de café para todos no podía llegar a buen puerto. Tal vez en ese momento se hizo porque era lo único que se podía hacer sin levantar ampollas, se comprende y mucho nos han aplaudido por ello; pero que me cuente quien lo sepa que clase de sentimiento nacionalista tienen los murcianos, zamoranos, lucenses o abulenses, por poner algunos de los muchos ejemplos de estas cincuentaytantas provincias de la geografía española. El estado español, otro invento artificial y artificioso, pero no quiero entrar en ello, no ahora, me faltan conocimientos históricos para forjar un criterio firme al respecto.
Lo que siempre vi claro es que salvo Cataluña, Vascongadas y Canarias, cada una por razones distintas, en unos casos la lengua y-o la cultura, en otros las circunstancias geográficas, no existía en lo que se llamó España durante la épica franquista un sentimiento arraigado de “patria”. Lo cual, desde mi punto de vista, es bueno, porque soy “ciudadana del mundo” y me parece que cualquier barrera es artificial salvo los ríos y montañas como cantó Rosa León con letra de Eduardo Aute.
Según voy escribiendo se me van ocurriendo más cosas como:
- El uso estúpido que se ha hecho de los Fondos FEDER (lo he visto muy de cerca).
- La vigencia de la división administrativa en provincias de Javier de Burgos (*), con sus defectos, que todo es mejorable, pero aún así muy erudita, no en vano venía de la Ilustración (todo para el pueblo pero sin el pueblo, tiene miga la cosa).
- La intención de cargarse las Diputaciones, único vehículo heredero de lo anterior.
- La dificultad de desmontar este tinglado, por los numerosos cargos y carguitos que ha creado y que no están dispuestos a renunciar a sus privilegios. Conozco casos muy concretos y sé de lo que hablo: he trabajado bastante junto a políticos y aquí no distingo colores. Me da lo mismo el arco iris: todos son parte de la descomposición de la luz en colores.

Lo dejo por ahora. Me gustaría seguir pero estoy ya de recogida y traslado.

(*) Javier de Burgos:
http://es.wikipedia.org/wiki/Divisi%C3%B3n_territorial_de_Espa%C3%B1a_en_1833

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Los fondos FEDER y las subvenciones europeas (como la PAC) han servido para todo lo contrario de lo que deberían haber servido.
Así somos.