domingo, 8 de mayo de 2011

Lágrimas de pena y alegría: SEVE IN MEMORIAM, Valentina y la Doctora Inspectora

Siete de Mayo de Dos Mil Once.
El Mundo se levantó con la noticia: Severiano Ballesteros (abril 1957- mayo 2011) había sucumbido, al fin, en los brazos de la Parca. Murió rodeado de sus tres hijos que no le dejaron solo un solo momento durante estos largos meses de agonía. Le habían diagnosticado en 2008 un tumor cerebral.
Ayer estuve especialmente afectada porque Seve nació en el mismo año que yo, tenía problemas de espalda, como yo. Su diagnóstico fue el mismo que el mío, con muy distinto pronóstico. Desde el principio lo suyo era maligno, lo mío benigno. Le dio tiempo a inaugurar la “FUNDACIÓN BALLESTEROS”, hasta donde llegué yo buceando por Internet. Yo sabía que su silencio era porque estaba muriendo (la web de la fundación estaba inactiva y los actos programados no se llegaban a celebrar). Yo he sabido durante todos estos meses que yo era una afortunada porque yo VIVÍA Y MOVÍA TODO; él no había tenido tanta suerte.
En fin, hoy su muerte es la noticia del día y estoy especialmente afectada.
Ocho de mayo de dos mil once (hoy).
Anoche el café de media tarde me permitió quedarme despierta para ver mis favoritos “Informe semanal” y después el programa de cine que Cayetana dirige con su especial encanto. Me regalaron la peli “Valentina” que había visto hace muchos, muchísimos años y apenas la recordaba, como tampoco recordaba que es el guión adaptado de la trilogía autobiográfica de Ramón J. Sender. Esta maravillosa película, estupenda por todo: por su contenido (la bellísima historia del primer e inocente amor infantil), por la frescura de sus jóvenes actores (los niños Jorge Sanz y Paloma Gómez), por el carismático Anthony Queen (protagonista del carismático Zorba el Griego) en el carismático papel de Mosén Joaquín, maravillosa por la ambientación, por la dirección, por el montaje (los latigazos de Pepe al compás de las trenzas de Valentina, sensibilidad a tope...), por la fotografía, por el paisaje... ¡Qué peliculón! Las lágrimas de dolor de día se transformaron en lágrimas de alegría por la noche, que ya era de día y fueron todas en, fin, lágrimas de emoción, que ya lo he escrito muchas veces: lo peor es cuando las lágrimas caen por dentro.
Y, como también he escrito, ya no creo en la casualidad. Severiano me sopló desde el Más Allá que me iba transmitir su buena estrella, que esa energía que se queda vagando por algún rincón del Universo venía hasta mí y que esa energía es la que va a llevar adelante mi editorial y mis cuentos, mis relatos, mis novelas, mi vida toda, la que me quede, que será larga. Que diez años de sufrimiento y aprendizaje iban a desembocar en un buen desenlace, el resto de mis días serán fructíferos y buenos, para mí y para mucha más gente.
Cinco de mayo de dos mil once (el jueves).
La Doctora M.P.S. de la Unidad de Control de ITCC Fraternidad Muprespa (no me sé todo lo que quiere decir tanto nombre y tanta sigla pero es, en esencia, una doctora muy amable y pedagógica). Ella debe determinar si estoy de verdad malita para que me paguen la miseria que me pagan (pero yo encantada, porque menos es nada) o defraudo a las arcas públicas fingiendo males que no tengo.
La llevé todo el dossier que tengo. Me escuchó con atención y asentía o hacía matizaciones a lo que yo iba diciendo. Se notaba que estaba familiarizada con esta dolencia y no como la inexperta de la Dra. N.T. mi ex-médica de familia (ahora es el passota de MB, pero esta es otra historia). La Dra. Mari Paz se mostró especialmente sorprendida cuando le conté que tecleando en gúguel

MENINGIOMA FRONTAL PARASAGITAL

sale mi blog en primer lugar. Mi blog, mi cabeza, mi diario 2010, en el que se ve todo. Quedé en enviarle el enlace y así lo voy a hacer ahora mismo.
Mari Paz, mediana edad, menuda y rellenita como yo me explicó que ¡ojo! esta intervención quirúrgica no es como si te operan del pie; es que la extirpación de un meningioma tan grande como en mi caso, requiere trepanación; es decir, apertura del hueso craneal, y eso tarda mucho tiempo en cicatrizar. A mayores, la masa encefálica que durante tantos años ha estado oprimida por el benigno tumor benigno, necesita mucho tiempo para volver a expandirse y recuperar su estado natural. Por tanto: es normal que aún me canse mucho, es normal que presente una alta vulnerabilidad emocional, que debo hacer justo lo que estoy haciendo que es:
Alternar actividad física leve (paseos) con reposo.
Mantener actividad intelectual, la máxima que pueda pero descansando.
Variar cada dos-tres horas de actividad.

Y es eso, justo eso, lo que hago, y lo que voy a seguir haciendo.

Nunca en la vida he tenido tan claro lo que quiero y hacia dónde quiero ir. Nunca he tenido tantas ganas de vivir. Sé quiénes me quieren y quiénes son valientes. Sé a quienes quiero y por qué, con quién quiero estar y quienes me sobran. No necesito que me demuestren nada porque ya lo han hecho. No aguanto broncas de nadie ni pijadillas. Disgustos, solo los imprescindibles.
Este es el planteamiento de mi nuevo renacer en el que ahora me acompaña la buena sombra de Seve, lo sé, porque me lo ha soplado y porque quiero creerlo así.

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