domingo, 22 de mayo de 2011

22-M: Voté y Pepito ligando…




Aún hay piratas que se esfuerzan en torcernos los diarios, pero la vida sigue. Si un día cierran Gúguel, abrirán Manotúbel o KKúbel. Seguiremos escribiendo lo que y donde nos parezca.
Pues sí señor, amaneció un día espléndido primaveral (en Madrid hay primavera verdadera) y salí de casa algo más tarde de lo pensado. Sobre las doce y media llegué al Cole, pregunté a los polis de la puerta si se podía entrar con perro y me dijeron que no.
- Vale – respondí – pero si empieza a ladrar (lo que sucederá seguro) y molesta a alguien, por favor se lo dicen: que estoy votando.
Así que dejé a Pepo atadito y subí las escaleras (no me fijé si estaba adaptado para personas con movilidad reducida) y ¡albricias!, llevaba veinte días con mi tarjeta oficial de electora en el mueblecito de la entrada pero hoy, justo hoy, no la encontré. Estaba todo bastante bien organizado y enseguida encontré la sección, la mesa, la silla, las papeletas, todo. Pepo ladraba. Eché un vistazo a las naranjas y a las blancas, como siempre ochoporrocientos partidos desconocidos y de nombre curioso, cogí varias y me fui a un rinconcillo a escoger. Poca gente, nadie en las cabinas. Y llegó el momento. Muy fácil porque en mi mesa no había cola.
No oía ya ladridos.

Y como el voto es secreto no se lo voy a decir ni a Adu. Salí feliz de que todo hubiera ido tan rápido y mi Pepo, como siempre, saltando de alegría porque había llegado YO, pero rápido volvió al coqueteo con una perrita y les pillé varias fotos.
Mi mamá, justo cuando iba a salir de casa, me había llamado por teléfono, algo desubicada hoy, pero mejor que ayer que se levantó con la perra de “quiero salir de aquí, qué cosa tan rara igual que mi casa pero no es mi casa”.
- Hija, que cuántos días hace que no te escucho y te echo de menos.
- Mami, ayer no quise entrar porque me dijeron que estabas descansando, pero ¿no viste que te dejé pan y unas magdalenas que tenían una pinta buenísima?
- Pan sí, es el de siempre. Lo otro… no sé…
- Pues que me voy a votar, mamá, ¿te acuerdas de que hoy son las elecciones?
- Ah sí, las elecciones, pero ya te he dicho que yo no voy a ir.
- Ya, ya recuerdo, pero ¿has hecho los deberes que te mandé?
- ¡No!
Días atrás le pregunté si quería votar. Yo venía de correos (o sin correrse, pero con gustito) con la info para el voto por idem. Muy complicado. Se lo expliqué, no entendió nada la pobrecita y al final dijo que no, que ella ya era muy mayor y había votado muchos años y ya está. Yo le recordé que hace años ella me regañaba cuando yo decidía no acudir a las urnas de purita perplejidad, y ella me dijo que yo era joven entonces, no es lo mismo… (alterna momentos de lucidez con otros de des-ubicación total). Entonces, bromeando (es de lo poco que conserva, el sentido del humor) le dije:
- Apunta en tu cuadernito: NO QUIERO IR A VOTAR
Y escribió, con dificultad: NO QUIERO…
- ¿Votar es con uve o con be?
- Depende, botar una pelota es con be y votar de papeleta es con uve.
- Sigue anotando: NO QUIERO… (duda)… VBO5
- Ja ja ja –yo- ahora escribe “castigada por no ir a votar”
- No quiero.
- Bueno, ya estás cansada pero mañana quinientas veces la frase “castigada por no ir a votar”.

Y ahora voy a ver si puedo “colgar” las fotos de esta mañana: el cole, el ambiente y Pepo ligando.

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