martes, 31 de mayo de 2011

Esquiporras y Parachurros

Y esa sensación de que todo el mundo te falla al mismo tiempo, que todas las cosas se vuelven en tu contra. “El mundo contra mí”. Sé que eso se llama paranoia y, la verdad, no creo tenerla pues nunca me he encontrado más lúcida pero la sensación que tengo es muy similar. Seguramente se puede estar-ser muy lúcido y al mismo tiempo paranoico, o esquizofrénico, que nunca he entendido bien la diferencia. No digamos ya cuando el adjetivo es esquizofrénico-paranoide o paranoico-esquizoide, entonces ya me pierdo como los esquiporretas-churroides. Qué más da (no sé si este “más” va acentuado, ni sé si “sé” lleva tilde, ahora parece que los señores sabios de la RALE han dicho que casi ninguna tilde, lo cual me parece bien, y acabarán despareciendo, porque claro está que la telefonía móvil y los “chats” han modificado la Lengua Española pero eso no me parece mal porque las lenguas son algo vivo… jopé qué paréntesis tan largo, voy a cerrar).
Yo en realidad me disponía a contar el lío en el que estoy metida con mi apartamento de Portugal y hablar de mis amables vecinos fruteros musulmanes pero ya me he líado.
Volviendo a las esquiporras y paranochurros, qué buenos estaban los del desayuno de hoy, que los mojé en oligo-café con omega-leche.
No TODO el mundo está en contra mía, ni TODAS las cosas que me pasan son malas. Por ejemplo, el domingo me encontré en la puerta con una familia. La señora parecía tal cual una monja de mi cole y era la musulmana del 1º B. Su señor esposo, guapo guapo guapo, y un niño de unos diez años que hizo de traductor. Iban cargados con cajas de frutas (cerezas, plátanos, unas uvas como pelotas de golf…) y recordé que el día de descanso para los musulmanes es el viernes y para los judíos su sagrado “sabat”. Qué bien, pensé. La familia del 1º B muy amable, como les abrí la puerta, me regalaron un montón de fruta y la “monja” me quería dar hasta unas tortas que tenían una pinta asquerosa, pero le señalé mis caderas y le dije que no, no, muchas gracias, que se me pone todo aquí y me libré. También tengo suerte porque después de solo cuatro meses por fin tengo aspiradora nueva en casa y sobre todo, soy muy afortunada porque estoy viva, muevo todo, pienso en porras y churros y en fin, que no está tan mal ¿no?
No, yo creo que no estoy tan mal.

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