domingo, 18 de septiembre de 2011

54 hormonas

Ayer, sábado 17 de septiembre de 2011, sobre las cinco y media de la tarde, hizo cincuenta y cuatro años que asomé mi cabecita a este mundo. No sé qué vi que decidí quedarme, seguramente no me dieron otra opción. Si hago balance de lo que ha sido mi vida hasta ahora, puedo afirmar con bastante seguridad:
- Habré metido la pata muchísimas veces, pero nunca la mano (tomo prestada la frase de Felipe González –ignoro si se la inventó él-) y, en este sentido, no me arrepiento de nada; tengo la conciencia muy tranquila.
- Mi historia es de todo menos aburrida, quizá demasiados barullos y cambios, pero todos me han aportado cosas positivas. Me horrorizaría haberme casado, tenido hijos, vivir siempre en la misma casa y nada más; todo eso es mucho pero no ha sido mi papel, y me gusta que haya sido así.
- He pasado por dificultades –no me refiero a las económicas- muy serias, pero siempre le he echado ovarios. Me ayudaron mucho siempre los apoyos de mi familia y mis amigos. Ahora que empiezo a tenerlas (las económicas), le echaré los mismos ovarios.
- Es muy improbable que muera de hambre, aunque nunca se sabe. Y solo por eso, soy afortunada.
- Escribir me redime de todo y esa es mi mayor fortuna. Si además, sirve a otros, estupendo.
La menopausia se toma su tiempo y aún no puedo decir que lo sea del todo, aunque lleva años dando coletazos y me tiene ya hasta las tetas. Me recuerda algo que escribí hace tiempo, “Cuestión de hormonas”, referido a la adolescencia. Pues esto es parecido, pero sin el encanto de la juventud, aunque la sabiduría que da la madurez ayuda a comprender y eso no es poco, no. Tengo las hormonas tiroideas bajo mínimos y me paso el santo día dormida o llorando, me miro al espejo y me doy asco (me parezco un tentetieso); no me aguanto a mí misma. Estoy perdiendo toda la auto-estima que gané en mi proceso de recuperación y esto no puede ser.
Reflexionando sobre ello, recordé que modificando nuestro comportamiento, llegamos a fabricar serotonina (compuesto básico de los modernos anti-depresivos). Cuando lo leí, flipé bastante. Haciendo ejercicio físico o abstrayéndose en algo que nos gusta, producimos endorfinas, hormonas que nos dan sensación de bienestar. Entonces, se me ocurre: ¿puede nuestro “will-power” fabricar las hormonas esas que me faltan…? Lo comenté con Yola (mi psicoterapeuta) y me respondió que no está investigado.
Después, escucho en un programa de la 2 (ya no creo en la casualidad, esto fue ayer mismo) algo sobre la plasticidad del cerebro y abro el circuito neuronal que me lleva hasta la asignatura “Cálculo de Estructuras” (casi olvidado, y con gusto).
- Plasticidad es la característica por la cual un material no recupera su forma una vez cesado el estímulo (= “carga”).
Entonces, tiro de aquí y de allá y DECIDO ser mi propio conejillo de indias y ponerme a fabricar las hormonas esas de los cojones (quiero decir, de los ovarios) ayudada, claro está, de la química (dopada hasta los topes debo estar). No sé cuáles serán los resultados.

Hace un par de días acabé por fin “La inmortalidad” de mi admirado Kundera y aquí reposa a mi lado, esperando su reseña, pero es que tengo ganas de cambiar de rollo de una vez, que llevo una racha demasiado seria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

-Soy Donce- Te dejé un comentario la semana pasada -o la otra- pero no debió grabarse. Qué más da!

Dicen que "Dios le da legañas a quien no tiene pestañas", frasecita un poco chorra pero que puedes aplicarte, porque no comprendo que no comprendas que TÚ eres única, y sólo por eso, schavalilla, debes venirte arrrrribaaaa. Y a comer mucho chocolate, que eso ayuda.
Ah, felicidades por tu cumple, como soy un desastre nunca lo recuerdo. Y no nos vamos a morir de hambre, mujer, al menos eso espero, aunque ayudas no nos falta... no te he llamado pq estoy un poco "p´allá", que me he enterado, extra-oficialmente, de que me echan del trabajo, q hay una lista de 50 personas para irse a la p.ta calle y yo estoy en ella, firmadita y todo, así q a ver si me da tiempo de enterarme de lo que debo hacer, porque me van a dar una mierrrda de indemnización después de 18 años.
Así andamos...
Hablamos Guapaduncan.Besitos.