lunes, 4 de julio de 2011

Mar, río y agua

FOTO: Playa de Barra (Aveiro, Portugal). De la tanda que saqué con Mary y JF.
JF de espaldas, a contraluz.

Mar es la sirena en el océano, la ninfa en el río o la rana del pantano. No tiene celos de Matías Verdeis porque sabe que cada cual ocupa su lugar: su lugar en mi corazón y en el mundo.

Hoy estamos sin agua y no me he podido duchar, con lo cual estoy desagusto, pero mi cuerpo está muy descansado después de un fin de semana absolutamente de vagancia. No había dormido yo más de diez horas seguidas desde que los dinosaurios paseaban por ahí. Hay que escuchar al cuerpo: si te pide dormir, duerme; si te pide llorar, llora; si te pide gritar, grita. Es agradecido el cuerpo, te sonríe si le das lo que te pide.
Hoy me levanté como una rosa si no fuera por lo del agua, que se subsanará en breve.
Re-encontrarme otra vez con la ciudad donde he vivido tantos años, con las aguas del Tormes y sus riberas, está siendo una hermosa experiencia, como lo fue Portugal. Los proyectos de futuro sin embargo muy distintos:
- A Aveiro solo volveré a lo estrictamente necesario: a cerrar temas.
- A Salamanca volveré de vez en cuando: a ver a la gente querida, a los amigos, a mirar con ojos objetivos su piedra dorada que idolatran los charros y las riberas por donde tantas veces hemos paseado Pepito y yo. Volveré a reconciliarme con mi pasado y a lo que el futuro me depare, aunque de Madrid ya no me saque nadie como residencia habitual.

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